¿Se puede acceder a una vivienda en España con el salario mínimo?

La realidad económica de los españoles dista mucho de los precios de la vivienda, los cuales resultan prohibitivos.

Así, en las grandes capitales el salario mínimo tan solo permite vivir en un piso compartido.

Con este panorama

¿Estamos ante una realidad sostenible del sector?

La respuesta es clara.

El salario mínimo y la posibilidad real de acceder a una vivienda

El último decreto del Gobierno elevaba el salario mínimo interprofesional a 12.600 anuales.

Una cantidad que dividida en doce pagas, resulta en 1.050 euros al mes.

Ahora, en un hipotético caso y teniendo en cuenta que este es el salario mínimo en la práctica:

¿Se puede acceder a una vivienda en España con este nivel de ingresos?

En este sentido, no es ninguna novedad que los elevados precios en las principales capitales-y que ya comienzan a propagarse- resultan prohibitivos para la gran mayoría de los españoles que se encuentran por debajo o en el umbral del salario mínimo.

Partiendo del salario mínimo como base, se toma como referencia el límite recomendado que se debería destinar a una vivienda: un tercio de los ingresos que serían 350 euros mensuales.

Aunque la realidad en España dista mucho de esta cifra, donde los inquilinos destinan un 24% de media de su salario al pago del alquiler.

¿Y qué sucede con la compra?

La cifra real se sitúa en un 17,2% de sus ingresos.

Aunque esto cambia en las grandes capitales: en Madrid el esfuerzo de compra supone un 26,9% y en Barcelona un 27,8%.

Ahora, respondiendo a la pregunta

¿Es posible comprar una vivienda con el salario mínimo?

Todo depende de dónde se busque la vivienda y las condiciones de la misma.

Pero adelantamos que, en las grandes capitales, prácticamente imposible acceder a la compra o alquiler con el salario mínimo, a no ser que se tenga ayuda de familiares o unos ahorros de unos 30.000 euros.

De lo contrario, la única opción que queda es compartir vivienda.

Comprar o alquilar, esa es la cuestión

Los españoles prefieren la compra al alquiler, algo que queda vetado para las nuevas generaciones, teniendo en cuenta el precario nivel de ingresos y el abrupto incremento de los precios de la vivienda.

Por lo que, aunque la opción preferida en teoría es la compra, muchos inquilinos se ven abocados al alquiler compartido.

Compra, un ejemplo práctico

La cifra inicial mínima para comprar un inmueble con financiación es de aproximadamente 30.000 euros.

Una cantidad que, según los precios medios de tasación del Ministerio de fomento, permitirían acceder a los siguientes inmuebles:

Madrid|33 metros cuadrados
Barcelona|31 metros cuadrados
San Sebastián|29 metros cuadrados
Sevilla|64 metros cuadrados
Valencia|76 metros cuadrados
Castellón|116 metros cuadrados

¿Y qué ocurre en la realidad?

Tal y como informa José Luis Aranda en el diario El País tras hacer una búsqueda para comprar en el portal el Idealista, esta cantidad presenta diferentes posibilidades.

En Madrid este presupuesto ofrece pisos tan solo en la periferia del sur y este, mientras que en Barcelona la oferta se concentra tan solo en los distritos de Nous Barris y Horta-Guinardó.

En palabras de Aranda

«Como parece complicado que alguien que gana el salario mínimo pueda generar unos ahorros de más de 30.000 euros para acceder a la financiación de compra, vivir de alquiler es la única opción real de independizarse a menos que se cuente previamente con esa cantidad o se disponga de ayuda familiar».

Cuando compartir es la única opción

Sin ahorros, acceso a la financiación y con una escasa oferta de alquileres coherentes con el salario mínimo, una de las salidas posibles parece ser optar por la opción de piso compartido en las grandes capitales y núcleos urbanos de mayor tamaño.

Eso o desplazarse hacia las áreas colindantes, aunque la subida de precios ya comienza a extenderse en estas zonas.

 

Fuentes:

https://elpais.com/economia/2019/02/15/actualidad/1550252914_641176.html

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